Si los desperfectos causados por fenómenos meteorológico están incluidos, estarás protegido en los siguientes casos:

• Lluvia: incluye un límite mínimo para la intensidad de la lluvia, y por las inundaciones derivadas de la misma.
• Pedrisco: cubre los daños por granizo, independientemente de su intensidad.
• Nieve: no suele fijarse una intensidad de precipitación mínima. Se cubren los daños por el desprendimiento de nieve acumulada o por el exceso de peso que puedan llegar a crear.
• Viento: dependiendo de la compañía y del seguro de hogar, pueden establecerse una intensidad mínima de 75, 80 o más de 90 kilómetros por hora.
• Caída de rayos: cubre los daños provocados por una descarga eléctrica.